Es muy importante que prestes atención al contacto que tomás con el colchón. La firmeza y el tacto
son ideales para un sueño placentero. Ayuda a mejorar la circulación y
reducir los puntos de presión que pueden provocar que demos vueltas mientras dormimos.
El colchón debe adaptarse a la postura del cuerpo. Necesitamos capas de espuma de alta densidad que elevan la respuesta de soporte. La superficie que utilizamos debe ser de la misma
calidad que los costados del colchón. Además, hay que prestar atención a la
cobertura lateral de espuma.
Por último, la calidad evitaría el hundimiento. Los
desplazamientos del colchón no deben provocar deformaciones en la
base de resortes, logrando un apoyo completo y parejo del colchón sobre
el sommier.
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